Llega fin de año y todos pensamos en nuestras merecidas vacaciones.
Pero las vacaciones no serán vacaciones si no dejamos de lado la rutina y lo “cotidiano” para adentrarnos en el mundo del “merecido descanso”.
A veces sucede que el ritmo laboral que traemos de todo un año de actividad (y no solo laboral- también social, familiar etc) nos impide darnos cuenta que : NECESITAMOS PARAR!, pero no siempre queremos, y es alli donde la cosa se complica.
La nueva cultura del trabajo hace, a veces, imposible desconectarnos del todo, y menos aún desde la invención del teléfono celular que hasta al baño vamos con él.
Parece ser que si cortamos con todos los “puentes” que nos unen a nuestra actividad, algo sucederá a la vuelta, algo mágico o nefasto que nos hará quedarnos afuera de grandes decisiones tomadas o grandes proyectos por realizar… Paremos un poco! Dejemos que el mundo siga girando mientras nosotros nos tomamos las vacaciones. Pensemos que si se tomó alguna decisión en nuestra ausencia habrá tiempo de interiorizarnos sobre ella y más con la energía renovada y el sol sobre nuestra piel.
No tomar vacaciones puede hacer que veamos, a la larga, nuestro trabajo como si fuera un lastre y todas nuestras actividades (aunque alguna de ellas recreativas) como obligatorias, rutinarias.
Por eso: ALTO!
Relajémonos, pensemos un instante.
Hay que trabajar, hay que progresar, necesitamos crecer personalmente y sentirnos plenos, PERO la energía utilizada para todo ello debe reponerse y para ello debemos reciclarnos descansando y tomándonos vacaciones.
Por eso compañero, a preparar las hojotas, la sombrilla, un buen libro y a VACACIONAR!!!